Contrato de trabajo
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El contrato se celebra entre un “trabajador” y un “empresario”. Ha surgido a partir del antiguo derecho del amo y el siervo, utilizado antes del siglo XX. El contrato de trabajo se basa en el concepto de autoridad, en el que el empleado se compromete a aceptar la autoridad del empleador y, a cambio, el empleador se compromete a pagar al empleado un salario determinado (Simon, 1951).
El contrato de trabajo suele definirse como un “contrato de servicio”[1]. Históricamente, el contrato de servicio se ha distinguido del contrato de prestación de servicios, expresión que se ha modificado para implicar la línea divisoria entre una persona “empleada” y otra “autónoma”. El objetivo de la línea divisoria es atribuir derechos a algunos tipos de personas que trabajan para otros. Puede ser el derecho a un salario mínimo, a la paga de vacaciones, a la baja por enfermedad, al despido procedente[2], a una declaración escrita del contrato, al derecho a organizarse en un sindicato, etc. Se parte de la base de que los auténticos autónomos deberían poder ocuparse de sus propios asuntos y, por lo tanto, el trabajo que realizan por cuenta ajena no debería conllevar la obligación de ocuparse de estos derechos.
Tipo de contrato
Según la definición del Ministerio de Empleo, un contrato de trabajo existe desde el momento en que “una persona (el empleado) se compromete a trabajar, a cambio de una remuneración, por cuenta y bajo la dirección de otra persona (el empresario)”. Por lo general, el contrato de trabajo debe constar por escrito. Hacer cumplir el contrato implica una serie de obligaciones, tanto para el empleado como para el empresario”.
Si es un estudiante de fuera de la Unión Europea y Suiza, necesitará un visado de “estudiante” de larga duración o un permiso de residencia temporal con la mención “estudiante” para poder realizar un trabajo remunerado en Francia metropolitana.
Hay varias excepciones, en primer lugar los estudiantes argelinos, en segundo lugar los estudiantes con visado de larga duración que tienen que trabajar más allá del máximo de horas de trabajo autorizadas, en tercer lugar los estudiantes con visado de residencia temporal de larga duración de 6 meses (estudiantes que pasan un semestre en Francia).
En el segundo caso, los estudiantes que tienen que trabajar más de 964 horas al año deben solicitar un permiso de trabajo provisional. Se trata de dos tipos de estudiantes: los que tienen un contrato de aprendizaje que conduce a una cualificación al menos equivalente a un máster, o los estudiantes cuyo curso incluye un periodo de trabajo remunerado (estudiantes de doctorado, asistentes lingüísticos, etc.).
Ejemplo de contrato de trabajo
Por principio, las empresas y su personal son libres de negociar acuerdos laborales. Estos acuerdos pueden plasmarse por escrito o celebrarse verbalmente. Para que quede constancia de la relación laboral, se recomienda celebrar un contrato de trabajo por escrito. En caso de que el contrato de trabajo no se haya celebrado por escrito, el empresario tiene la obligación de establecer por escrito las condiciones materiales de trabajo a más tardar un mes después del inicio de la relación laboral.
Las partes que celebran un contrato de trabajo pueden acordar un período de prueba de hasta seis meses. Durante el periodo de prueba, el plazo legal de preaviso para rescindir la relación laboral es de dos semanas.
El horario de trabajo de los empleados no puede superar las ocho horas diarias y las 48 horas semanales. Puede ampliarse hasta diez horas diarias siempre que las horas trabajadas adicionalmente se compensen con tiempo libre en un plazo máximo de seis meses. Por regla general, en la mayoría de los convenios colectivos vigentes se ha acordado una jornada laboral semanal de 35 a 40 horas.
Diferencia entre contrato de trabajo y convenio laboral
Se aplican diferentes tipos de contrato, dependiendo del estatus laboral de la persona. Por eso es importante determinar correctamente la situación laboral de la persona que se va a contratar antes de redactar un contrato de trabajo.
Los contratos de trabajo indefinidos se aplican a los empleados que trabajan en horarios regulares y reciben un salario o una tarifa por hora. Los contratos son continuos hasta que el empresario o el trabajador los rescinden y pueden ser para un trabajo a tiempo completo o parcial.
Los contratos de duración determinada tienen una fecha de finalización determinada, por ejemplo seis meses o un año. Puede considerar este tipo de contrato si quiere cubrir una baja por maternidad, contratar personal para un gran proyecto o hacer prácticas.
Los empleados con contrato de duración determinada están protegidos y tienen los mismos derechos que los empleados fijos (incluido el despido improcedente y la indemnización por despido tras dos años de servicio). No puedes ofrecerles condiciones menos favorables por ser de duración determinada.
Si el empleado sigue trabajando más allá de la fecha de finalización del contrato, pero no se renueva formalmente, existe un “acuerdo implícito” de que la fecha de finalización ha cambiado, y el empresario debe seguir dando un plazo de preaviso adecuado.